Todo tiene un final… Todo termina.
Si. Es triste pero así es.
Usaste tus últimos 5 mangos para comprarte unas Lays y te diste cuenta que te duraron lo mismo que un pedo en un canasto.
Cambiaste monedas y las usaste en comprar puchos sueltos que te fumaste mientras volvías a tu casa.
Te compraste una Cindor y te bajaste las vainillas con el primer vaso.
Te armaste de coraje y sacaste a pagar el equipo de música que envidiaría Tiesto y te despidieron del laburo y por ende finiquitas tus órganos sexuales con un sorbete.
Te hiciste el piola y compraste Un Cuento Chino en lo del pibe del tablón y dos caballetes de la estación y te diste cuenta que desde el minuto 32:25 no se ve una mierda.
Si.
Es duro y cruel, pero pasa.
Pasa cuando te clavaste 3 porciones de pizza y te diste cuenta que en la heladera lo único bebible que te quedaba era lo que sobró del puré de tomate.
Pasa cuando le diste las monedas al quiosquero, porque te dio pena el pobre hombre… Y la puta máquina del colectivo NO TE LEE LA TARJETA !
Pasa cuando pensás que tenés la vaca atada… Y cuando la vas a ordeñar te diste cuenta que anda trotando por el campo del vecino (y que encima, aunque no esté atada, se queda ahí).
O como yo. Que me compré la cámara y la impresora a pagar en cómodas cuotas y me desheredaron de mi puesto de trabajo, por lo cual, las cuotas ahora son bastante incómodas.
ResponderEliminarQuien dijo que todo esta perdido, mientras quede algun bar abierto en la noche?
ResponderEliminarMe queda una oncognita, un pedo en un canasto, ¿Dura más o menos que afuera del canasto?
ResponderEliminartodas situaciones para lograr una depresión hecha y derecha, te voy a regalar un vodka y con el pure de tomate podes simular que tomas bloody mary´s
ResponderEliminarJajaj, buenisimo el blog.
ResponderEliminarjajaj me encanto!
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