6 de septiembre de 2011

Happines.

La semana pasada saqué un par de trajecitos que tenía en el placard, de aquella época dorada de los 48 Kgs, para dárselos a mi amiga que pegó laburo en el banco.
Entre tanto revoltijo, encontré algunos jeans que vengo mudando con esperanzas vagas de volverlos a ver en mis piernas. Vienen de la casa de mamá, a mi primer hogar, y llegaron a esta casa nueva. 
Cuestión que me los probé, para sufrir un rato... Y ENTRARON. Sin apretar, sin tener que tirarme en la cama para subir el cierre, sin que salga una panza descomunal... Sin que tenga que sacármelos al toque porque si volaba el botón dejaba tuerta a mi amiga. Entraron, calzaban perfecto.
ESO ES LA FELICIDAD.


No te digo que haya vuelto a la baja de 50. Pero se me hincha el corazón, carajo.

5 comentarios:

  1. A mí me pasa al revés, cuando todos tienen que bajar, yo tengo que subir. Por suerte ya no me quedan flojos los pantalones. No sabés cómo te entiendo...

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  2. A mi me paso algo casi parecido xD me probe unos jeans viejos y me entraron a presion... pero entraron xD ajajaja

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  3. A mi me paso eso en verano, con unos jeans que no usaba desde hacia unos años... La felicidad!

    Y luego llego el invierno.

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  4. a mi no me pasa por hombre, pero felicidades!

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  5. UUUyyyy como te entiendo!!! yo tengo una pila en el placard cada vez que lo abro me digo Ya entraran, somos todas iguales jajaja
    Beso!

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