29 de diciembre de 2010

Le llegó la noche al Eclipse.

Se hacía la que no entendía nada.
Eclipse resultó ser gata.
Y trepadora.
Dormía arriba del módem, arriba del monitor, adentro del CPU o, como nos muestra la foto, al lado del equipo de música.

La gata atorranta decidió explorar al otro lado de la reja.
Y nunca más la volví a ver.

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